Mi primer empleo real fue en una heladería. El segundo día, me pidieron despegara los chicles estaban en el piso. Le dije a la dueña: No me contrataste para despegar chicles, me contrataste para servir helado. Ella dijo: ¿De qué estás hablando? puedo hacer lo quiera contigo. Ponte de rodillas y deja mi piso nuevo. Le dije que no iba a hacer eso. Ella me dijo: Estás despedido. Ese fue el último empleo tuve en mi vida. Le debo a esa mujer todo. Kevin O'leary.